Reseñas de libros

Premio Acción Cívica 2022

Nos complace anunciar que el título ganador de la tercera edición del Premio Acción Cívica ha sido «El hilo de oro», de David Hernández de la Fuente, publicado por la editorial Ariel.

Ana Martínez Gea

Título: El hilo de oro: los clásicos en el laberinto de hoy

Autor: David Hernández de la Fuente 

Año de publicación: 2021

Plaza de edición: Barcelona

Editorial: Ariel

Género: ensayo

Idioma: español

Encuadernación: tapa dura

Número de páginas: 336

ISBN: 978-84-344-3349-6

En un momento complicado, marcado por la crisis económica, sanitaria, política, de valores y de liderazgo, en el que las pantallas nos agreden con demandas continuas de inmediatez, «los clásicos —afirma David Hernández— tienen futuro». No hay más que ver cómo el descrédito hacia las humanidades por parte del sistema educativo convive, en nuestra sociedad, con un creciente interés por la literatura relacionada con el mundo antiguo. El autor nos dota de un hilo —tal como Ariadna hizo con Teseo para que huyera ileso del laberinto del Minotauro— que comunica distintos —y en ocasiones inesperados— aspectos de nuestra cultura con sus ejemplos análogos en la Antigüedad, con un estilo que combina claridad, eficacia, ingenio y, en alguna que otra ocasión, ironía.

A través de nueve temas —algunos tan vigentes como el control social en una epidemia; otros tan humanos como la vejez, la heroicidad o la muerte—, David Hernández de la Fuente, profesor de Filología Clásica en la Universidad Complutense de Madrid, teje con su hilo de oro una red que conecta nuestro mundo con el de Heródoto, el de Cicerón e incluso con el universo literario-mitológico de Penélope, Andrómaca o Beatrice.

En aras de entender la diversidad del mundo y, más concretamente, el panorama político, «los clásicos —apunta el autor— pueden iluminar algunos de nuestros principales conflictos». Son el más claro antecedente de nuestras modernas democracias. El choque entre Oriente y Occidente existe desde antiguo, como demuestran las guerras greco-persas o la —casi legendaria— contienda entre los romanos y Mitrídates VI, así como el populismo, empleado ya por algunos líderes de la Atenas democrática, o la utilización de la retórica —tan cultivada por los estadounidenses— como arma de persuasión por parte de políticos, publicistas o estrellas de Youtube. Es la parresia griega, de hecho, que permitía la libre expresión en el ágora o en la Asamblea, el precedente de lo que hoy en día llamamos «libertad de expresión», si bien es cierto que, en estos tiempos en que la democracia parece consistir en que todos pueden decir de todo, «se echa de menos ese discurso público ejemplar procedente de figuras de integridad reconocida».

Todavía hoy se siguen utilizando algunas de las principales formas de expresión metafórica que provienen de la política antigua, como las comparaciones náuticas para designar al Estado, la idea de la comunidad política como una orquesta o de la vida como ficción teatral —si recordamos la importancia de la música y el teatro en el mundo antiguo—, la noción del ciudadano como una planta —Empédocles busca el principio ontológico en las «raíces»— o la figura del artesano que moldea la cosa pública a partir del barro —como el dios cristiano o Prometeo hicieron con el ser humano—.

Aspectos como la violencia —tan presente en la época de los totalitarismos—, el terrorismo, la tortura o el control social en tiempos de alarma —recordemos que Roma inventó el estado de excepción— se encuentran, también, en la Antigüedad. Tucídides nos relata el terrible episodio de la peste en Atenas, Apolo envió una epidemia al campamento de los griegos frente a Troya, nosotros hemos vivido la crisis del coronavirus. Y, con ella, el confinamiento, momento en que buscamos el refugio de las historias, como hicieron los protagonistas del Decamerón de Bocaccio durante la muerte negra.

En más de una ocasión, durante la pandemia, se habló de héroes y heroínas, como aquellos de la literatura clásica, cuya vida, hazañas y muerte son la sublimación de la existencia humana, con sus iniciaciones, ordalías, triunfos y fracasos, que pueden verse representados en personajes de ficción como los Vengadores —que podrían tener su precedente en los Argonautas o en otros grupos heroicos—, pero también en nosotros mismos. Y, en un momento en que el feminismo se encuentra en plena vigencia, David Hernández reflexiona acerca de la omnipresencia de la heroína mítica en la historia de la cultura y de su dualidad, representada por la castidad como Penélope —y, posteriormente, Beatrice o Laura— o por el prototipo de mujer fatal —desde las harpías o las sirenas a las vampiresas o brujas—, así como de la utopía del gobierno femenino, que fascinó a los griegos —algunas obras de Aristófanes, sin duda, lo corroboran—. No obstante, «los perfiles de mujer en el mudo griego antiguo —añade el autor— son demasiado variados como para subsumirlos en esquemas anacrónicos de sumisión o igualitarismo».

Los políticos romanos otorgaban al pueblo pan y circo para desviar la atención de asuntos más perentorios. Hoy en día vivimos rodeados de un sinfín de entretenimientos baldíos que nos adormecen ante lo esencial y urgente: la educación, la sanidad, la familia, la comunidad política, el cultivo del espíritu. Pan y fútbol.

La pregunta es: ¿podría ser este el fin de nuestro mundo tal y como lo conocemos? Desde muy antiguo, el fin cíclico de las civilizaciones ha sido un tema básico en la mitología y el folclore, como representa, por ejemplo, el mito del diluvio universal, presente en tantas culturas. Del mismo modo, la muerte se ha utilizado —metafóricamente— para explicar el colapso de pueblos como el micénico o imperios como el romano.

Y es que, aunque nuestros responsables ministeriales —demasiado ocupados en potenciar temas en apariencia más rentables— insistan en relegarlos al olvido, «los clásicos, aparte de proporcionar un capital cultural de incalculable valor, también dotan de herramientas para triunfar, argumentos y oratoria a prueba de calamidades parlamentarias». Son, en definitiva, el combustible intelectual que impulsa el motor de la historia.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: