José Antonio Vega

Carvalho, vestido tan solo con unos calzoncillos, sostenía el recorte de periódico encontrado entre las páginas del volumen de El amante de Lady Chatterley, que, contra su costumbre, había ojeado antes de emplearlo para alimentar el fuego de la chimenea. En la otra mano sostenía una copa de vino blanco que acababa de llenar con la tercera botella de Jean León 1974, mientras sobre una mesita baja reposaban los restos del lenguado ménière con cachelos y setas que cocinó bien entrada la madrugada. Ahora las primeras luces de una aurora otoñal comenzaban a teñir de rosa pálido algunos rincones del salón de su casa en Vallvidrera. Carvalho meditaba sobre lo curiosa que es la vida, que hace coincidir el descubrimiento de esta vieja reseña, procedente de un atado de antiguos periódicos comprado en alguna librería de lance italiana, con el encargo de Jordi Castanys, uno de los industriales más ricos de Barcelona, para investigar el presunto suicidio de su amante Lola Montilla, la hetaira de lujo más bella y exitosa de la ciudad. Mirando el fuego a través de la copa, el pajizo brillante de la xarel·lo haciendo de filtro, pensaba en cómo gastar el medio millón de pesetas que había fijado a Castanys como honorarios: quizá fuera el momento de hacer con Charo esa escapada de fin de semana a Benidorm que ella llevaba tiempo pidiéndole, o de comprarle a Biscuter el juego de cuchillos japoneses del que le había hablado tanto. Desde el sofá donde duerme, cubierta por una manta ribeteada en piel de zorro de la que apenas asoman su pelo revuelto y un pie, Charo le llamó, como si hablara en sueños: «Pepe, ven conmigo». Antes de introducirse bajo la manta, Carvalho pinchó el disco de la Callas y Kraus cantando la Traviatta en Lisboa, en 1958. Sobre la cubierta, esta edición lleva la fotografía de Greta Garbo en el papel de Marguerite Gautier, en la película de George Cukor de 1936.
(Pequeño homenaje al admirado Manuel Vázquez Montalbán)
Imagen destacada: Manuel Vázquez Montalbán. Recuperada de zendalibros.com