
Con una simple búsqueda en internet, se pueden saber muchas cosas sobre el medio de comunicación que consumes. Sus temas, sus periodistas de cabecera, su público, sus valores… Internet no esconde, y tampoco perdona los resbalones mediáticos de muchos adictos al morbo y al clickbait.
«Las 10 chicas más Tikitakas de octubre», 28 de noviembre de 2017, top 10 mujeres semidesnudas. «Anamara, amor por el fútbol», 13 de abril de 2018, fotografías sexuales. «La chica de As», «Tikitakas», secciones de desnudos y posados de mujeres exuberantes con titulares deportivos.
Mi pregunta: ¿es necesario? Cuando se trata de hacer negocio de la sexualización de la mujer, no hace falta rascar mucho. Google Imágenes nos recuerda que el lavado de cara profeminista de los medios a veces solo es eso, un lavado de cara.

Carolina Marín, campeona olímpica y tres veces número uno del mundo. «Rivas, el hombre que convirtió en oro las rabietas de Carolina». ¿Recompensa esto al esfuerzo de la deportista?
El día que la carta de presentación de un medio deje de ser la sexualización de la mujer, nos creeremos que realmente ha cambiado algo. Hasta entonces, ahí siguen los enlaces, esperando a ser pinchados.