La dependencia puede surgir por diversos motivos. En este caso, nos encontramos con una fijación obsesiva por una serie de sustancias que provocan un verdadero bloqueo, tanto a nivel físico como mental. Este aislamiento acaba convirtiéndose en un obstáculo para las metas individuales del artista. Además, el autor narra su propia visión de un «círculo vicioso» que intensifica cualquier problemática. Para Ferragud, estas sustancias eran la matriz de origen de los propios problemas.

Existen una serie elementos —como es la inconsciencia de lo afectivo— que, sumados a esta dependencia, provocan en el artista una angustia individual que le impide construir nuevos caminos que le interesen a nivel personal.
Zygmunt Bauman, en su obra Amor líquido, afirmaría: «Y lo mismo ocurre en una cultura de consumo como la nuestra, partidaria de los productos listos para uso inmediato, las soluciones rápidas, la satisfacción instantánea, los resultados que no requieran esfuerzos prolongados, las recetas fáciles…» (2003, p. 15).
Por lo tanto, podemos afirmar que este trabajo se construye desde lo más íntimo y personal. Las experiencias y la cotidianidad tienen una carga realmente importante, como también la tienen los ritmos de producción, ya hayan sido escasos o abundantes, a los que el artista se ha sometido para crear No me dejo hacer.