Entrevistas

«El trato que me dieron Cela o Saramago me demostró que desmontar mitos es posible si tu actitud es la adecuada»

El 29 de octubre el Ateneo Mercantil entregó en la II Noche Valenciana de las Letras un premio en reconocimiento a la trayectoria de la escritora Espido Freire. En Parnaso pudimos entrevistar a la novelista momentos antes de la gala.

Carla Juárez (@carlajuarezpinto)

El pasado día 29 de octubre el Ateneo Mercantil celebró la II Noche Valenciana de las Letras, una velada anual en la que diferentes personalidades de la cultura de València se reúnen para conocer a los galardonados con los premios literarios que el Ateneo otorga en diferentes modalidades: relato, novela y poesía. El Ateneo ha querido reconocer, además, en esta gala la trayectoria de la escritora Espido Freire. Desde Parnaso tuvimos la oportunidad de conversar con Espido momentos antes de la entrega de premios.

Me gustaría, antes que nada, comentarte nuestro proyecto en la revista Parnaso. Parnaso es una revista de estudiantes que nace en Filología Hispánica, pero que ha querido contemplar otras carreras. Como nuestro público es eminentemente universitario, me gustaría preguntarte: ¿qué extrae Espido Freire de su paso por la universidad? Y, más concretamente, ¿qué extrae de su paso por Filología Inglesa?

Pues, de hecho, el formar parte del taller literario de la universidad y de algunas revistas que forman parte inequívoca de mi desarrollo, no ya tanto como escritora, sino en la parte de gestión cultural que siempre me ha interesado. Saber qué significaba editar, seleccionar, lidiar, pactar, cambiar fechas… (risas). Todo lo que conlleva este tipo de cuestiones. Esto, en cuanto a lo extraescolar, que es tan importante como la propia formación. Yo soy filóloga inglesa especializada en literatura, y después hice el diploma de especialista en edición de textos. En aquellos momentos, me planteaba, por supuesto, ser escritora, pero también las dificultades de llegar a serlo y, si algo tenía claro, era que la formación asociada a la literatura tenía que ser parte de mi oficio. No me interesaba en aquellos momentos tanto la pedagogía de la creación literaria como me interesa ahora, algo que he adquirido con el tiempo formándome y desarrollándome.

Espido Freire con 22 años cuando ganó el Premio Planeta por Melocotones helados (1999). [1]

Me interesó mucho la Teoría de la Literatura y la Literatura Comparada, que sigue formando parte de mi acerbo. Y, por otro lado, se despertó (o se agudizó, no lo sé) la idea de pertenencia a un legado cultural. Un legado occidental, claramente, que tenía que ver con las humanidades y con una cultura clásica de la que yo quería formar parte. Todo esto tuvo lugar ahí. Claro, luego todo se fue moderando. En su momento, con veinte años, la impresión de que no habría ningún tipo de limitación para lo que yo quería crear es irrepetible.

¿Tuviste alguna vez miedo en aquellos años de tu futuro laboral como tenemos muchos universitarios de humanidades?

Yo entré en la carrera al mismo tiempo en que se iniciaba la crisis del año 93, que fue una crisis muy seria y que en Euskadi se enlazaba con la anterior crisis de Altos Hornos en la que se desmanteló toda la parte industrial, pero al mismo tiempo estaba desarrollándose Bilbao como una iniciativa turística totalmente nueva. Fue una enorme esperanza, la sensación de que una ciudad podía reinventarse. Una ciudad tan fea como Bilbao y con un proyecto tan marciano como el Guggenheim, que ahora está muy asentado, pero que en su momento ni sabíamos dónde podría encajar. Yo ahí supe de una forma totalmente intuitiva (me podría haber equivocado), yo tenía la esperanza de que, si aquello salía bien, por qué no probar otras apuestas similares. Entonces no tuve miedo, porque no soy propensa al miedo, pero razones para ello había.

La escritora recoge en Premio Azorín 2017 por su novela Llamadme Alejandra [2]

Había otra cuestión también. Al ser filóloga inglesa, yo tenía también la impresión de que, si no era en España, sería fuera de España, pero acabaría encontrando un hueco de algún tipo. Quería apostar primero por lo literario, me salió bien y no tuve que hacer una segunda apuesta. Siempre he hecho un plan A y un plan B.

Nuestra generación ha estado, desde sus inicios, mal considerada: «La generación Z, la que no puede aportar nada nuevo a la cultura, la que no puede sorprender a la crítica de la literatura». Tú ganas el Premio Planeta con tal solo 25 años. ¿Pueden los jóvenes aportar nuevas ideas? Y, por otro lado, ¿cómo vivió Espido Freire la crítica de su obra por parte de un jurado que era, con mucha distancia, más mayor que ella?

Portada de Mileuristas [3]

No sé si os sirve de consuelo o no, pero mi generación fue tan criticada y tan minusvalorada como luego lo ha sido la vuestra. De hecho, yo publiqué dos ensayos en 2006, Mileuristas, en los que intentaba reivindicar a mi generación, que en aquel momento rondaba los treinta años y que era aquella que se encontraba a medio camino entre el todo y la nada. Íbamos a saber inglés e informática, y nunca hemos aprendido del todo ni inglés ni informática. Nos habíamos criado como reyes para acabar siendo mendigos: becarios, en empresas de empleo temporal… No es nada nuevo que las anteriores generaciones minusvaloren a los jóvenes. Por un lado, hay un punto de envidia y, por el otro, un punto de incomprensión, y esto es necesario. La reivindicación del yo enfrentándose al anterior. No pasa nada mientras sepáis quiénes sois y, si además, sabéis qué queréis, mejor.

Y luego hay otra cuestión: cada generación tiene una etiqueta; intenta ser una excepción si la tuya no te gusta. No tienes por qué obedecer las expectativas ajenas en ningún caso. Tú eres tú. Si lo eres para el mal individualismo, también lo eres para la identidad positiva y única que posees.

En cuanto a las críticas, yo soy una escritora bastante atípica en varios sentidos. Por un lado, por edad, y, por el otro, porque en la generación en la que yo me moví muchos escritores tenían una actitud de cierta rebeldía y ruptura con lo establecido. No todos. Juan Manuel de Prada, por ejemplo, no. La mía tenía que ver más con lo psicológico que con lo formal. Fui aceptada, por lo tanto, con mucha más visión que quizá otros de mis compañeros. Hubo alguna crítica, pero no necesariamente de gente más mayor que yo. Tuve una madrina de excepción para la primera novela, que fue Rosa Montero. Tuve luego la oportunidad de conversar con varios de los Premios Nobeles: Cela, Saramago… El trato de una enorme amabilidad que me ofrecieron me demostró que gran parte de los mitos se desmontan si tu actitud es la adecuada.

Espido posa en una entrevista de la revista Zenda con la que colabora asiduamente [4]

Hay un tema que me ha llamado especialmente la atención de tu obra, ya que nos toca mucho a los jóvenes universitarios, y que tú problematizas: los trastornos de la alimentación. Los trastornos de la alimentación están muy relacionados con la ansiedad en la universidad. ¿Qué consejo le darías a un universitario que proyecta toda la ansiedad a través de la relación con la comida?

No es tan sencillo. No hay una correlación tan clara entre la vida universitaria y el TCA. Cuando se da este problema, hunde sus raíces en años anteriores. Entonces, puede que se manifieste en la universidad o puede que se manifieste con mayor virulencia en la universidad. Las anorexias pueden debutar un poco antes. Los trastornos híbridos, que son los que ahora están teniendo una mayor repercusión, pueden pasar inadvertidos. Sea como sea, es un conflicto que se manifiesta en el cuerpo, pero que tiene que ver con las emociones y la mente. Hay dos formas para controlarlo: la terapia y la madurez, porque, cuanta mayor capacidad de aceptación haya, mejor. La mayor parte de personas que sufren este problema es porque necesitan una ayuda extra.

Quería volar (2006) es un libro de Espido dedicado a los trastornos de la alimentación [5]

Es importante vencer el prejuicio, buscar lo antes posible ayuda: un médico de cabecera, un psicólogo de la propia universidad… Yo no tuve tratamiento. Era preuniversitaria. Cuando yo era jovencita, no había tanto conocimiento. Yo le diría a aquellos jóvenes que lo necesiten que no sufran en balde, porque no es solamente el sufrimiento presente, es la secuela futura. Cuanto más se mantenga en el tiempo, peor es, porque no va a desaparecer por sí mismo.

Ningún plan de estudios filológico contempla la creación literaria como una disciplina. Queremos preguntarte, ya que eres la directora del Máster de Creación Literaria de la VIU, ¿por qué sucede esto y qué asignaturas contemplarías como imprescindibles para introducir en los planes de estudio?

Bueno, yo llevo años reclamando la oficialidad de una licenciatura de creación literaria. Si miras la hemeroteca, verás que, de las primeras en hablar de ello, fui yo. Una de las primeras críticas que recibí era si yo pretendía que el escritor tuviera una titulación universitaria. Yo decía que no, o sí. Todos los estudios de música que yo he llevado a cabo tienen su acreditación. Todas mis horas dedicadas a leer, a escribir… no tienen ninguna. Para una oposición no me cuentan, solo forma parte de un hobbie por una cuestión de simple practicidad.

Publicidad de la Universidad Internacional de València con su directora del Máster de Creación Literaria [6]

Luego hay otra cuestión que tiene que ver con el acceso más democrático a este tipo de estudios. En el momento en el que está regularizado y es normativo, hay posibilidad de pedir becas. Ahora es privado y solo en posgrado, y ya ha sido un gran paso. Existe un sesgo: puede entrar aquel que tiene más tiempo y más dinero para poder dedicarse a ello. El resto, está forzado a verse como un aficionado.

¿Debería estar integrado dentro de Filología? Quizá no. ¿Debería ser un título similar al que tenemos en teoría literaria? Puede que fuera más adecuado. El objetivo de la filología es otro, es el estudio.

Diste una charla en 2017 en la que decías «Para la sociedad, la mujer vale más o menos dependiendo de si es considerada hermosa o no». El otro día, hablábamos en clase de las Crónicas de Indias y de la Malinche, una de las pocas mujeres que se mencionan, y lo único a lo que se alude de ella es a su «buen parecer». Mi pregunta es: ¿qué formas tiene el escritor para problematizar esto?

No podemos compararnos, por lo menos en este país, con las circunstancias de hace quinientos años. Sí hemos avanzado, obviamente. El problema es que no hemos avanzado tanto como para que, de mi generación a la tuya hayamos podido erradicar los problemas que tenía yo, y esto es muy doloroso. Me enfrentaba, posiblemente, a conflictos muy similares a los que tú tendrás ahora, y yo estaba convencida de que en mi generación lo solventaríamos..

Charla de Espido Freire en la que desarrolla la problemática de la mujer en la literatura para la web Enfemenino.

Dentro de la literatura como tal hay escritores y escritoras que no tienen ningún interés por el tema, y esto es legítimo. Esto no significa que no pueda haber presencia en una novela policiaca o romántica, de elementos revolucionarios. Ha ocurrido en novela fantástica con un personaje como Hermione, que ha revolucionado el héroe tradicional. La inercia es mantener los cánones establecidos, lo cual supone un doble esfuerzo. Es necesario para llevarlo a cabo la calidad y el éxito por parte de un grupo de lectores.

¿Qué se puede hacer? Hay que decidir si es un tema que se desea abordar y llevarlo a cabo con mayor conciencia. ¿Se está haciendo? Hay experimentos muy interesantes de minorías determinadas. ¿Está siendo efectivo? En raras ocasiones. Ha de estar acompañado de otras herramientas, entre ellas, las nada desdeñables de la publicidad, el marketing, el trabajo social e ideologías. Un apoyo social y político. No es sencillo.

Vivimos en una época de tecnología y empleamos mucho tiempo en Netflix, Instagram, Twitter… Aunque dentro de ellos hay una carga cultural fuerte, ¿qué consejos les darías a jóvenes de entre quince y veinticinco años que quieren culturizarse, pero que viven sometidos a estímulos y no saben cómo?

En mi generación era la tele, ahora es la pantalla, y el discurso es idéntico. La calidad tampoco era mayor antes en la tele, porque la variedad que tenemos ahora es insólita. La elección, que es algo en lo que se os ha educado a vuestra generación, es un poder que tenéis que ejercer. En mi caso, yo empecé en redes sociales cuando me interesé por los beneficios que podían darme. No estoy en todas, pero ahora me empiezo a plantear qué tiene TikTok de positivo. Es un lenguaje totalmente diferente.

En Twitter hay un elemento interesantísimo llamado «Twitter cultural» que tiene que ver con la voluntad de docentes relacionados con Historia del Arte, de los que yo aprendo cada día de manera gratuita, inmediata y a domicilio. Estaba en el AVE de Madrid a València viendo la cuenta de @elbarroquista, y hablaba de los robos en los museos de una forma que cualquiera que no sea un especialista puede entender. Realizan una labor interesantísima de voluntariado absoluto. ¿Qué es lo que te interesa? Lo vas a tener en redes; por lo tanto, aprovecha. Nunca ha habido una oportunidad en la historia de la humanidad para que cualquiera de nosotros tuviera ese acceso al conocimiento.

Antes de terminar, queremos a agradecer a Espido dedicarnos esta agradable charla y compartir con ella temas de conversación tan interesante. Asimismo, merece especial reconocimiento el poeta y crítico José Antonio Olmedo, quien también entrevistó a la escritora, así como a todo el equipo del Ateneo y a Toni Alcolea, director de Olé Libros.

Carla Juárez, directora de Parnaso, y la escritora Espido Freire en el Ateneo Mercantil

[1] Imagen recuperada de

https://www.zendalibros.com/premio-planeta-1999/.

[2] Imagen recuperada de

https://www.abc.es/espana/comunidad-valenciana/abci-espido-freire-gana-premio-azorin-novela-sobre-ultima-zarina-rusa-201703022107_noticia.html.

[3] Imagen recuperada de

https://www.conoceralautor.es/libros/ver/mileuristas-de-espido-freire.

[4] Imagen recuperada de

https://www.zendalibros.com/entrevista-espido-freire/.

[5] Imagen recuperada de

https://www.cope.es/actualidad/noticias/libro-mas-personal-espido-freire-20140701_85312

[6] Imagen recuperada de

https://www.universidadviu.es/master-creacion-literaria/?fbclid=IwAR1UNe1_vQvTvV8PGVX-rWkoxv1F6bp6-URg9JIuwH-dOtvoIJUqtyKQ0Bc.

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