Maria Barrull
La brisa mece suavemente las flores de jazmín.
Primer pétalo.
Cierras los ojos. Su fragancia inunda tus sentidos. Sientes un ligero cosquilleo que recorre toda tu columna.
Segundo pétalo.
Te acercas al ser embriagado por ese aroma. No puedes apartar tus ojos de ese frágil cuerpo teñido por la luz del sol.
Tercer pétalo.
Tu cuerpo ruge con el ferviente deseo de tocarlo. Anhelas su cuerpo de manera vehemente. Tu mente se queda en blanco. Sucumbes al deseo.
Cuarto pétalo.
Recorres su piel con los dedos. Notas cómo te vas erizando debido a su tacto. Se entremezclan los olores.
Quinto pétalo.
Su esencia se marchita. Cae el último pétalo.
Abres los ojos. La brisa ha dejado de mecer las flores de jazmín.