Pablo Alberola (@palberola)
Cuando somos incapaces de controlar nuestra propia naturaleza, nos revelamos ante ella buscando remedios que nos permitan cumplir con nuestras expectativas de vida. Concebimos el fracaso como uno de nuestros mayores miedos ante una sociedad que predetermina un rol con unas obligaciones que cumplir. A veces, en situaciones desesperadas, recurrimos a remedios desesperados que nos empujan a buscar dar siempre de más.
Willow (2019) nace como una película en la que se exploran tres perspectivas diferentes sobre varias mujeres que luchan por convertirse en madres. Tres historias conectadas por ecos y contrapuntos que comienza en la época de las leyendas y el misticismo para acabar trasladándose hasta nuestros días. Un film de conexiones asimétricas en el que las protagonistas deben lidiar con una búsqueda personal por controlar su propio cuerpo y responder ante las presiones sociales asignadas a su género.
El director y guionista, Milcho Manchevski, vuelve a su Macedonia natal para hacernos llegar un largometraje repleto de contrastes sobre el problema de la maternidad y la conexión con el hijo, algo que ya ha explorado en diferentes ocasiones en su propia obra, como en Mothers (2010) o Before The Rain (1994). Aquí se presenta un tríptico argumental que busca huir de los clichés y que refleja una gran sensibilidad y respeto hacia sus protagonistas, interpretadas por unas poderosas Natalia Teodosieva, Nenad Nacev y Kamka Tocinovski, que tratan de mostrarlas con sus aciertos y sus errores.
El director comienza su película en los tiempos de brujería y magia para terminar uniéndolo de manera brillante y coherente con la más viva actualidad. Situaciones que se repiten y que Manchevski es capaz de fusionar en una película en la que se presentan diferentes formas de conflicto con la maternidad, como la adopción, el aborto o los problemas de concepción. Perfectamente equilibrada entre las exigencias personales de sus protagonistas y las que se les imprimen desde fuera.
Selección oficial en Roma y Valencia, Willow se eleva desde los pequeños detalles de tres mujeres que corren delante del miedo al fracaso y que ansían librarse de la presión que cargan sobre sus hombros.