Mar Colomer Calleja (@maranniral) y Aitana Cuenca Espinós.
Los Juicios de Núremberg se llevaron a cabo entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946 en el Palacio de Justicia de Núremberg. Su razón de ser era juzgar a los cargos más altos de la jerarquía nazi al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Algunos de ellos, como Adolf Hitler, se habían suicidado, por lo que los juicios solo implicaron a aquellos que quedaban vivos. Fueron acusados veintidós de los jerarcas nazis principales, incluyendo a líderes del partido, militares y civiles.
Los crímenes o delitos perseguidos fueron tres: crímenes de agresión contra la paz, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. No había leyes penales internacionales anteriores a la comisión del delito, por lo que esta distinción entre crímenes fue fundamental para los juicios, ya que los acusados no podrían justificarse alegando que habían actuado como funcionarios del Estado (Suárez, 2014).
El Tribunal constaba de cuatro representantes de cada uno de los Estados o signatarios que firmaron el Acuerdo de Londres en 1945. Los acusados hablaban alemán; los miembros del tribunal, inglés, francés y ruso; y los testigos, una variedad interminable de idiomas (Moyano, 2018). Era vital encontrar una solución para poder resolver los juicios sin mayores complicaciones y en el menor tiempo posible, de modo que tuvieron que recurrir a un nuevo modelo de interpretación.

Como explica Puerta (2017), la interpretación como tal surge con el principio de la creación de pueblos, idiomas y culturas para facilitar la comunicación entre personas que no hablaban la misma lengua. Sin embargo, el periodo de entreguerras fue la antesala y también el origen de la interpretación tal y como hoy en día se conoce. Hasta este momento, se creía que cualquier persona que conociera dos lenguas podía ser intérprete, pero fue entonces cuando las cosas cambiaron: los temas tratados albergaron mayor complejidad, apareció el papel del intérprete de conferencias y la relevancia de la profesión alcanzó su auge histórico.
Se originó en la Primera Guerra Mundial, cuando surge una necesidad imperiosa de contar con personas que puedan servir de enlace entre unidades militares que hablan idiomas diferentes. En este momento, aparecen los intérpretes de guerra, cuyo papel es crucial en el transcurso de conflictos bélicos. Algunos actuaron como mediadores en la Conferencia de Paz de París en 1919, en la que los representantes de los cuatro países vencedores se reunieron para debatir una serie de cuestiones que concluyeron con el famoso Tratado de Versalles y la fundación de la Sociedad de Naciones. En estas reuniones se establecieron como oficiales el inglés y el francés, y los intérpretes eran los encargados de transmitir los discursos de los oradores mediante la interpretación consecutiva. El papel de estos intérpretes fue esencial y, por primera vez, sus nombres pasaron a la historia y se reconoció la importancia del oficio.
En 1926, además, apareció la primera patente de un equipo para la interpretación simultánea. El sistema se llamaba «Hushaphone Filene-Finley IBM», y fue utilizado por primera vez en la Conferencia Internacional del Trabajo de 1927. Tiempo después, en las asambleas de la Sociedad de Naciones de 1931 y 1932, se trató de comprobar la validez del proceso de interpretación simultánea, aunque el sistema no terminó de cuajar hasta diez años después.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, las naciones aliadas emprenden una serie de procesos judiciales para determinar y sancionar las responsabilidades de dirigentes, funcionarios y colaboradores del régimen nacionalsocialista de Hitler. En este proceso, denominado como los Juicios de Núremberg, participaron los cuatro países vencedores y el vencido: Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y Francia por una parte, y Alemania por otra. No resulta sorprendente que, debido a la diversidad lingüística, se pusiera en duda la eficacia de la interpretación consecutiva usada hasta entonces, que además predecía una duración temporal infinita.
La interpretación que se dio a lo largo de las tres fases de los Juicios puede catalogarse como una tipología mixta que incluye la interpretación de conferencias y la judicial. Por una parte, los intérpretes se hallaban en una cabina, pero también trabajaban fuera del Palacio de Núremberg, en situaciones como interrogatorios o interpretación exclusiva para los jueces que formaban el Tribunal (Suárez, 2014). Se escogió la interpretación en cabina debido a la necesidad de interpretación multilingüe, el deseo de rapidez e inmediatez y la importancia de comprensión por parte de los acusados para poder optar a un juicio justo, recogida en los artículos 16 y 25 del Estatuto del Tribunal.
Los acusados se sentaban frente a los jueces, y cerca de ellos se encontraban las cuatro cabinas de interpretación simultánea, que tenían un panel de cristal que aislaba a los doce intérpretes. Se utilizaron cinco canales de traducción que contenían las transmisiones de los testimonios de los acusados. En la sala había seis micrófonos y todos los participantes llevaban auriculares. Los intérpretes afrontaron diversos problemas, como el poco espacio en las cabinas, el reducido número de auriculares disponibles, los problemas técnicos, los escalofriantes testimonios —y el mantenimiento de la neutralidad pese a estos—, las pausas insuficientes de los oradores y algunos retos lingüísticos y culturales.

Debido a la inexistencia de intérpretes profesionales, reclutarlos fue una tarea complicada. Para no poner demasiada carga sobre ellos, se acordó que la interpretación se hiciera en una sola dirección. De cualquier modo, no se sabe a ciencia cierta cuántos intérpretes participaron en Núremberg, aunque sí hay varios referentes. Entre ellos había estudiantes y profesores de la Escuela de Interpretación de la Universidad de Ginebra (la primera en la materia), al mismo tiempo que emigrantes o refugiados con conocimientos elevados de francés, inglés, alemán o ruso, aunque el perfil era bastante variado e incluía a profesionales cuya educación distaba de la interpretación (Guelbenzu, 2010). Eran doce en las cabinas, pero a causa de la larga duración de los Juicios, intérpretes antiguos se iban y llegaban otros nuevos. Cabe destacar la falta de información sobre las mujeres intérpretes que estuvieron en los juicios. Aquí daremos unas pocas pinceladas sobre algunos de los miembros de la Translation Division, aquellos que quizá han adquirido más importancia con el paso del tiempo.

Léon Dostert
El coronel Dostert, estadounidense de origen francés, contactó con el ayudante personal del magistrado Jackson en Washington, en agosto de 1945 para mostrarle el nuevo sistema de interpretación. Dostert se convirtió en jefe de los servicios de interpretación y traducción de Núremberg y comenzó a contratar como intérpretes a algunos de los estudiantes y profesores de la Escuela de Interpretación de la Universidad de Ginebra, y también a diversas personas que hablaban varios idiomas (Guelbenzu, 2010).

Siegfried Ramler
Ramler, que además era judío, ejerció su labor de intérprete e interrogador a los 22 años sin entrenamiento previo. Sabía hablar inglés, francés y alemán (Ferrín, 2016). En una entrevista que ofreció al diario The Guardian, Ramler relata su experiencia personal cuando interpretó a los dirigentes nazis, y afirma que su principal preocupación fue interpretar correctamente el léxico que no le resultaba familiar. Insiste en que él estaba allí para interpretar, no para juzgar, y en que todo el proceso constituía un desafío de palabras (Sands, 2014).

Patricia Van Der Elst
Fue la intérprete más joven. A los 21 años pasó directamente del examen organizado por la Escuela de Intérpretes de la Universidad de Ginebra a los Juicios. Según relata ella misma en una entrevista (EU Interpreters, 2010), no creía «que fuese consciente en ese momento de dónde estaba ni de cómo de importantes eran los juicios. Fue una experiencia sobrecogedora porque nadie nunca antes lo había hecho». Fue reclutada, junto con otros, en la Universidad de Ginebra, ya que los encargados habían estado buscando en otras universidades, pero no encontraron intérpretes hasta llegar allí. «Ninguno estábamos preparados para enfrentarnos a semejante tarea, fue como si tuviéramos un don para ello», añade. Y concluye diciendo que, a pesar de no haber sido una víctima de guerra y no haber tenido, por suerte, familiares o amigos en campos de concentración, entró a los juicios con 21 años, pero salió sintiéndose como si tuviera 10.
Virginia Von Schon
Encontramos una única mención a esta intérprete en la misma entrevista de The Guardian (Sands, 2014), cuando Ramler recuerda momentos delicados de los juicios, como en el que su compañera Von Schon tenía que interpretar una palabra que era tan ofensiva que fue incapaz y Ramler tuvo que tomar su lugar ipso facto.

Gracias a este acontecimiento, la interpretación simultánea logró superar la fase experimental y consiguió respaldo y reconocimiento mundial. Su éxito fue tal que se implementó en una gran cantidad de tribunales y organizaciones internacionales, como en las Naciones Unidas, unos años después de su creación. En los años 50, el equipo técnico de interpretación mejoró considerablemente, y las universidades de Ginebra y Viena incluyeron esta técnica en sus programas de estudios.
Actualmente, la Asamblea General y el Consejo de Seguridad tienen ocho cabinas de traducción, el Servicio Común de Interpretación de Conferencias de la Comisión Europea contrata diariamente a numerosos intérpretes autónomos o freelance y el Parlamento Europeo, durante las sesiones plenarias, garantiza la interpretación de todas las lenguas oficiales de la Unión Europea. Aun así, la interpretación consecutiva coexiste con esta, utilizándose en ámbitos distintos y cuando solo entran en juego uno o dos pares de lenguas, como cenas de gala, visitas o reuniones, mientras que la simultánea ofrece sus ventajas en juicios o conferencias.
Desde entonces hasta nuestros días, el desarrollo de este tipo de interpretación ha sido increíble, no solo en cuanto a los elementos utilizados hoy en día para desempeñar esta labor (cabinas, micrófonos, equipos), sino también en cuanto a la preparación, formación y profesionalidad de los intérpretes. Los Juicios de Núremberg suponen un antes y un después en la historia mundial y amplían los conceptos de justicia y de derechos humanos, además de subrayar la importancia de un buen intérprete y lo trascendental de la profesión en cualquier circunstancia (Dario, 2018). Gracias a este proceso, la interpretación simultánea ha terminado predominando en las conferencias de los organismos internacionales más importantes.
Bibliografía
D’Addario, R. (1946). Rober H. Jackson [Fotografía]. Recuperado de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Robert_H._Jackson_Nuremberg_Trial.jpg
Dario, M. (2018). Juicios de Nuremberg y la importancia de un buen intérprete. Recuperado 1 octubre 2019, de https://euterpetranslations.com/juicios-de-nuremberg-y-la-importancia-de-un-buen-interprete/
EU Interpreters. (2010). Patricia vander Elst on the Nuremberg Trials [Vídeo]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=flMgCYBueBI
Ferrín, S. (2016). Núremberg: interpretación y justicia. Recuperado 2 octubre 2019, de https://blogs.comillas.edu/comillasbabel/2016/11/20/nuremberg-interpretacion-y-justicia/
Guelbenzu, C. (2010). La interpretación en Núremberg. Recuperado 3 octubre 2019, de https://bootheando.com/2010/02/06/la-interpretacion-en-nuremberg/
Moyano, A. (2018, abril 10). Los juicios de Núremberg: versión original con traducción simultánea. El diario vasco. Recuperado 3 octubre 2019, de https://www.diariovasco.com/culturas/juicios-nuremberg-version-20180410001232-ntvo.html
Puerta, B. (2017). Historia de la interpretación. Recuperado 1 octubre 2019, de https://www.lematraductores.com/blog/historia-interpretacion/
Sands, P. (2014, octubre 22). Nuremberg trials interpreter Siegfried Ramler: ‘The things we saw were shocking. The Guardian. Recuperado 3 octubre 2019, de https://www.theguardian.com/world/2014/oct/22/nuremberg-trials-siegfried-ramler-nazis-interpreter-war-crimesSuárez, C. (2014). La interpretación simultánea y los juicios de Núremberg (Trabajo de Fin de Máster. Universidad de Alcalá. Alcalá de Henares). Recuperado 3 octubre 2019, de https://ebuah.uah.es/dspace/bitstream/handle/10017/23743/TFM%20carmen%20suarez.pdf?sequence=1